Los usos sociales del corrido de narcotráfico entre las mujeres de Tijuana

Abstract: 

Empleando los postulados de Bourdieu (1988) y De Certeau (2000), se explican los usos sociales que las mujeres dan a los corridos de narcotráfico en Tijuana y el cómo enfrentan las etiquetas, en el sentido de Becker (2009), que giran en torno al consumo de este género musical, donde, por lo general, la mujer no es la protagonista y es representada como un objeto o compañía (Mondaca, 2002). Para lo anterior, se realizó un trabajo etnográfico que comprende observación participante y 20 entrevistas en profundidad a mujeres, con distintas posiciones en el espacio social, con el fin de profundizar en las prácticas y significaciones que tienen lugar a partir de su consumo cultural. Si bien la investigación continúa en desarrollo, ya en su parte final, se han hallado denominadores comunes en cuanto a cómo ellas perciben a los corridos de narcotráfico y crean un discurso a partir de su posición, lo contraponen a lo que consideran ven los hombres y lo ligan al contexto de violencia que deben enfrentar día con día. Pero en estos aspectos también es posible hallar diferencias y distinciones marcadas por su posición y sus condiciones posibilidad. Tras el análisis de los datos obtenidos, se puede afirmar que las mujeres gustan y consumen ampliamente corridos de narcotráfico; construyen un discurso en el que buscan hacerle frente a las etiquetas que giran en torno a estos temas; ven al otro, específicamente a los hombres, y se distinguen de ellos en su discurso, pero a la par también difunden ideas preconcebidas de las que ellas mismas intentan desmarcarse. Por otro lado, en cuestiones de orden metodológico, también se localizaron diferencias marcadas por el género, ya que las mujeres tienen un discurso que se divide en dos grandes frentes, por un lado, la reticencia a hablar de narcotráfico y/o a permitir la realización de la entrevista frente a frente por cuestiones de seguridad, y, por otro, los roles de género que cumplen en su cotidianeidad, pues es difícil que ellas acepten platicar debido a que deben trabajar, estudiar y también dedicarse al cuidado del hogar y los hijos.